
Te acabo de conocer
y ya tus ojos hablan,
que necesitan... muchas cosas
tantas como sean necesarias.
No me abrazas y lo deseas,
me seduces y te desdices,
tu cuello se abre cual corola
para paladear tu polen.
Rio de Mayo... rio de nervios...
Te escucho atentamente
cosas que gritas pero que tampoco dices,
mientras el viento sopla en este parque.
Niños, abuelos y perros vienen,
nos ven... se van.
Te veo... me miras,
mientras el sol calienta nuestros silencios.
Tu cuello platíca con mis labios,
me subyuga escucharte respirar.
Tus dedos ya conocen mi costado,
y tus uñas se llevan bien con mi espalda.
Esa mirada tan clara...
tan triste... dulce pero dubitativa.
¡Cuantas cosas callan!
solo los veo cerrarse y amarme.
Este banco de metal
que engalana nuestro romance,
es mudo testigo
de lo que deseamos decir.
Te acabo de conocer
y ya tu boca es mia,
tus pelo rizado se ve bien
cuando te miro desde tu regazo.
Es verdad, aun no me fio
y tu aún guardas secretos,
pero algo es seguro...
Esa mirada triste, ya no lo es.
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